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miércoles, 2 de enero de 2013

Selección de la Biblia


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Hechos de los Apóstoles:   



San Esteban:
6
 15 En ese momento, los que estaban sentados en el Sanedrín tenían los ojos clavados en él y vieron que el rostro de Esteban parecía el de un ángel.
7
55
Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios.








56
Entonces exclamó: «Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios».








57
Ellos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre,








58
y arrastrándolo fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo.








59
Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: «Señor Jesús, recibe mi espíritu».








60
Después, poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado». Y al decir esto, expiró.





San Pablo: (nota: consultando en internet leo que Pablo hacía sus viajes a pie, sus tres viajes, alguno de 3000 kilómetros)
9
15
El Señor le respondió: «Ve a buscarlo, porque es un instrumento elegido por mí para llevar mi Nombre a todas las naciones, a los reyes y al pueblo de Israel.








16
Yo le haré ver cuánto tendrá que padecer por mi Nombre».








17
Ananías fue a la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saulo, hermano mío, el Señor Jesús el mismo que se te apareció en el camino me envió a ti para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo».


16

25
Cerca de la medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban alabanzas de Dios, mientras los otros prisioneros los escuchaban.








26
De pronto, la tierra comenzó a temblar tan violentamente que se conmovieron los cimientos de la cárcel, y en un instante, todas las puertas se abrieron y las cadenas de los prisioneros se soltaron.








27
El carcelero se despertó sobresaltado y, al ver abiertas las puertas de la prisión, desenvainó su espada con la intención de matarse, creyendo que los prisioneros se habían escapado.








28
Pero Pablo le gritó: «No te hagas ningún mal, estamos todos aquí».








29
El carcelero pidió unas antorchas, entró precipitadamente en la celda y, temblando, se echó a los pies de Pablo y de Silas.








30
Luego los hizo salir y les preguntó: «Señores, ¿qué debo hacer para alcanzar la salvación?».








31
Ellos le respondieron: «Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú y toda tu familia».


San Pedro:
12
07 De pronto, apareció el Angel del Señor y una luz resplandeció en el calabozo. El Angel sacudió a Pedro y lo hizo levantar, diciéndole: «¡Levántate rápido!». Entonces las cadenas se le cayeron de las manos. 

Capítulo 2:
17 "En los últimos días, dice el Señor, derramaré mi Espíritu sobre todos los hombres y profetizarán sus hijos y sus hijas; los jóvenes verán visiones y los ancianos tendrán sueños proféticos.









18 Más aún, derramaré mi Espíritu sobre mis servidores y servidoras, y ellos profetizarán.
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21 Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará".
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25 En efecto, refiriéndose a él, dijo David: "Veía sin cesar al Señor delante de mí, porque él está a mi derecha para que yo no vacile.








26 Por eso se alegra mi corazón y mi lengua canta llena de gozo. También mi cuerpo descansará en la esperanza,








27 porque tú no entregarás mi alma al Abismo, ni dejarás que tu servidor sufra la corrupción.








28 Tú me has hecho conocer los caminos de la vida y me llenarás de gozo en tu presencia".
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39 Porque la promesa ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos: a cuantos el Señor, nuestro Dios, quiera llamar».








40 Y con muchos otros argumentos les daba testimonio y los exhortaba a que se pusieran a salvo de esta generación perversa.
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3
06 Pedro le dijo: «No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y camina».
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16 Por haber creído en su Nombre, ese mismo Nombre ha devuelto la fuerza al que ustedes ven y conocen. Esta fe que proviene de él, es la que lo ha curado completamente, como ustedes pueden comprobar.

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4
10 sepan ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre está aquí sano delante de ustedes por el nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, al que ustedes crucificaron y Dios resucitó de entre los muertos.









11 El es la piedra que ustedes, los constructores, han rechazado, y ha llegado a ser la piedra angular.









12 Porque no existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos alcanzar la salvación».
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20 Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído».

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Ahora, Señor, mira sus amenazas, y permite a tus servidores anunciar tu Palabra con toda libertad:








30 extiende tu mano para que se realicen curaciones, signos y prodigios en el nombre de tu santo servidor Jesús
31 Cuando terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos; todos quedaron llenos del Espíritu Santo y anunciaban decididamente la Palabra de Dios.
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38 Por eso, ahora les digo: No se metan con esos hombres y déjenlos en paz, porque si lo que ellos intentan hacer viene de los hombres, se destruirá por sí mismo,








39 pero si verdaderamente viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos y correrán el riesgo de embarcarse en una lucha contra Dios». Los del Sanedrín siguieron su consejo




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Apocalipsis: 

http://biblia.catholic.net/home.php?option=capitulo&id=85

1ª parte: epistolas a las iglesias
3

03
Recuerda lo que recibiste y oíste, ponlo en práctica y arrepiéntete. Porque si no te mantienes despierto vendré como un ladrón, sin que sepas a qué hora te sorprenderé.








04
Tengo, sin embargo, los nombres de unos pocos de Sardes que no mancharon sus ropas; ésos me acompañarán vestidos de blanco, porque se lo merecen.








05
El vencedor vestirá de blanco. Nunca borraré su nombre del libro de la vida, sino que proclamaré su nombre delante de mi Padre y de sus ángeles.
++
08 Sé lo que vales; he abierto ante ti una puerta que nadie podrá cerrar, pues, por pocas que sean tus fuerzas, has guardado mi palabra y no has renegado de mí.
++


10
Has guardado mis palabras, que ponen a prueba la constancia, pues yo te protegeré en la hora de la prueba que va a venir sobre el mundo entero y que probará a los habitantes de la tierra.








11
Vengo pronto. Mantén con firmeza lo que tienes, para que nadie te arrebate la corona.








12
Al vencedor lo pondré como columna en el Templo de mi Dios, de donde nadie lo sacará. Grabaré en él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad que baja del cielo, la nueva Jerusalén que viene de Dios, y mi nombre nuevo.

2ª parte: el Tribunal de Dios

4
02
En ese mismo momento me tomó el Espíritu: vi un trono colocado en el cielo y alguien sentado en el trono.








03
El que estaba sentado parecía de jaspe y cornalina, y un arco iris de color esmeralda rodeaba el trono.








04
Veinticuatro sillones rodean el trono, y en ellos están sentados veinticuatro ancianos con vestiduras blancas y coronas de oro en la cabeza.








05
Del trono salen relámpagos, voces y truenos. Ante el trono arden siete antorchas, que son los siete espíritus de Dios.








06
Un estanque transparente como cristal se extiende delante del trono. Cuatro Seres Vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás, ocupan el espacio entre el trono y lo que hay a su alrededor.








07
El primer Ser Viviente se parece a un león, el segundo a un toro, el tercero tiene un rostro como de hombre y el cuarto es como un águila en vuelo.








08
Cada uno de los cuatro Seres Vivientes tiene seis alas llenas de ojos alrededor y por dentro, y no cesan de repetir día y noche: Santo, santo, santo, es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que era, es y ha de venir.








09
Cada vez que los Seres Vivientes dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono y que vive por los siglos de los siglos,








10
los veinticuatro ancianos se arrodillan ante el que está sentado en el trono, adoran al que vive por los siglos de los siglos y arrojan sus coronas delante del trono diciendo:








11
Vuelvan a ti, Señor y Dios nuestro, la gloria, el honor y el poder, pues tú lo mereces. Tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
++
5
01
Vi entonces en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro en forma de rollo escrito por los dos lados y sellado con siete sellos.








02
Vi también a un ángel formidable que proclamaba con voz potente: «¿Quién es digno de abrir el libro y de romper los sellos?»








03
Y no se encontró a nadie, ni en el cielo, ni en la tierra, ni en el mundo de abajo, que fuera capaz de abrir el libro y de leerlo.








04
Yo lloraba mucho al ver que nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de leerlo.








05
Entonces uno de los ancianos me dijo: «No llores más; acaba de triunfar el león de la tribu de Judá, el brote de David; él abrirá el libro y sus siete sellos.»








06
Entonces vi esto: entre el trono con sus cuatro Seres Vivientes y los veinticuatro ancianos un Cordero estaba de pie, a pesar de haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra.








07
El Cordero se adelantó y tomó el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono.








08
Cuando lo tomó, los cuatro Seres Vivientes se postraron ante el Cordero. Lo mismo hicieron los veinticuatro ancianos que tenían en sus manos arpas y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos.








09
Y cantaban este cántico nuevo: Eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación.








10
Los hiciste reino y sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra.








11
Yo seguía mirando, y oí el clamor de una multitud de ángeles que estaban alrededor del trono, de los Seres Vivientes y de los Ancianos. Eran millones, centenares de millones








12
que gritaban a toda voz: Digno es el Cordero degollado de recibir poder y riqueza, sabiduría y fuerza, honor, gloria y alabanza.








13
Y les respondían todas las criaturas del cielo, de la tierra, del mar y del mundo de abajo. Oí que decían: Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.








14
Y los cuatro Seres Vivientes decían «Amén», mientras los Ancianos se postraban y adoraban.
++
6
01 Mientras estaba mirando el Cordero abrió el primero de los siete sellos, y oí al primero de los cuatro Seres Vivientes que gritaba como con voz de trueno: «Ven.»








02 Apareció un caballo blanco; el que lo montaba tenía un arco, le dieron una corona y partió como vencedor y para vencer.
++



01
Después de esto vi cuatro ángeles de pie en las cuatro esquinas de la tierra, que sujetaban a los cuatro vientos de la tierra para que no soplaran sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre los árboles.








02
Luego vi a otro ángel que subía desde el oriente y llevaba el sello del Dios vivo. Gritó con voz poderosa a los cuatro ángeles autorizados para causar daño a la tierra y al mar:








03
«No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios.»








04
Entonces oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de los hijos de Israel:








05
De la tribu de Judá: doce mil marcados. De la tribu de Rubén: doce mil marcados. De la tribu de Gad: doce mil marcados.








06
De la tribu de Aser: doce mil marcados. De la tribu de Neftalí: doce mil marcados. De la tribu de Manasés: doce mil marcados.








07
De la tribu de Simeón: doce mil marcados. De la tribu de Leví: doce mil marcados. De la tribu de Isacar: doce mil marcados.








08
De la tribu de Zabulón: doce mil marcados. De la tribu de José: doce mil marcados. De la tribu de Benjamín: doce mil marcados.








09
Después de esto vi un gentío inmenso, imposible de contar, de toda nación y raza, pueblo y lengua, que estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos,








10
y gritaban con voz poderosa: «¿Quién salva fuera de nuestro Dios, que se sienta en el trono, y del Cordero?»








11
Todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono, de los Ancianos y de los cuatro Seres Vivientes; se postraron ante el trono rostro en tierra y adoraron a Dios,








12
diciendo: ¡Amén! Alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.








13
Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde vienen?»








14
Yo contesté: «Señor, tú lo sabes.» El Anciano me replicó: «Esos son los que vienen de la gran persecución; han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero.








15
Por eso están ante el trono de Dios y le sirven día y noche en su templo; el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos;








16
ya no sufrirán más hambre ni sed ni se verán agobiados por el sol ni por viento abrasador alguno,








17
porque el Cordero que está junto al trono será su pastor y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida; y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.»



3ª parte:



01
Cuando el Cordero abrió el séptimo sello, se produjo en el Cielo un silencio como de media hora.









02
Luego vi a los siete ángeles que están de pie delante de Dios; se les entregaron siete trompetas.








03
Otro ángel vino y se paró delante del altar de los perfumes con un incensario de oro. Se le dieron muchos perfumes: las oraciones de todos los santos que iba a ofrecer en el altar de oro colocado delante del trono.








04
Y la nube de perfumes, con las oraciones de los santos, se elevó de las manos del ángel hasta la presencia de Dios.








05
Después, el ángel tomó su incensario, lo llenó con brasas del altar y las arrojó sobre la tierra: hubo tremendos truenos, relámpagos y terremotos.








06
Los siete ángeles de las siete trompetas se prepararon para tocar.








07
Tocó el primero, y se produjo granizo y fuego mezclado con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra: se quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles ardió y toda la hierba verde se abrasó.








08
Tocó el segundo ángel su trompeta, y algo así como un inmenso cerro fue echado al mar: la tercera parte del mar se convirtió en sangre,








09
la tercera parte de los seres que viven en el mar pereció y un tercio de los navíos naufragó.








10
Tocó el tercer ángel su trompeta, y una estrella grande, que parecía un globo de fuego, cayó del cielo sobre la tercera parte de los ríos y de los manantiales de agua.








11
La estrella se llama Ajenjo: la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y mucha gente murió a causa de las aguas que se habían vuelto amargas.








12
Tocó el cuarto ángel su trompeta, y quedó afectada la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas: perdieron un tercio de su claridad, la luz del día disminuyó un tercio, y lo mismo la de la noche.








13
Y mi visión continuó: oí a un águila que volaba por lo más alto del cielo y que decía con voz potente: «¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra cuando resuene el sonido de las trompetas que los tres últimos ángeles van a tocar!»
++


01
Y tocó el quinto ángel. Vi entonces una estrella que había caído del cielo a la tierra. Le fue entregada la llave del pozo del abismo.








02

Abrió, pues, el pozo del abismo, y del pozo subió una humareda como la de un horno inmenso que oscureció el sol y el aire.








03
De esa humareda salieron langostas, que se esparcieron por la tierra, y se les dio la misma capacidad que tienen los alacranes de la tierra.








04
Se les ordenó que no causaran daño a las praderas, ni a las hierbas, ni a los árboles, sino sólo a los hombres que no llevaran el sello de Dios en la frente.








05
No podían matarlos, sino únicamente atormentarlos durante cinco meses con un dolor semejante al que produce la picadura del alacrán.








06
En aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; querrán morir, pero la muerte huirá de ellos.








07
Estas langostas se parecen a caballos aparejados para la guerra. Pareciera que tienen en la cabeza coronas de oro y rostros como de seres humanos;








08
sus cabellos son como los de mujer y sus dientes como los de leones.








09
Tienen corazas de hierro y sus alas hacen el mismo ruido que un ejército de carros con muchos caballos que corren al combate.








10
Tienen colas como de alacranes, y en las colas aguijones para torturar durante cinco meses a los hombres.








11
Tienen un rey, el ángel del Abismo, que en hebreo se llama Abadón, y en griego, Apolión.








12
El primer ¡ay! ha pasado. Vienen todavía otros dos detrás.








13
Tocó el sexto ángel su trompeta. Entonces oí una voz que salía de las cuatro esquinas del altar de oro que está delante de Dios.








14
Decía la voz al ángel de la sexta trompeta: «Suelta a los cuatro ángeles inmovilizados a orillas del gran río Eufrates.»








15
Y fueron soltados los cuatro ángeles que esperaban la hora, el día, el mes y el año para exterminar a la tercera parte de la humanidad.








16
El número de los soldados de a caballo era de doscientos millones; es el número que oí.








17
Así vi a los caballos y a los que los montaban: tenían corazas color fuego, jacinto y azufre; las cabezas de los caballos son como cabezas de leones y de sus bocas sale fuego, humo y azufre.








18
La tercera parte de la humanidad fue exterminada por estas tres plagas: fuego, humo y azufre, que salían de la boca de los caballos.








19
Es temible la boca de los caballos, pero también lo son las colas. Pues las colas son como serpientes y terminan en cabezas con las que causan daño.








20
Pero los sobrevivientes, los que no fueron exterminados por estas plagas, no renunciaron a sus prácticas: continuaron adorando a los demonios, con esos ídolos de oro, plata, bronce, piedra y madera, que no pueden ver, oír ni caminar.

21 No se arrepintieron de sus crímenes, ni de sus brujerías, ni de su inmoralidad sexual, ni de sus robos.


01
Vi después a otro ángel formidable que bajaba del cielo envuelto en una nube; el arco iris rodeaba su cabeza, su cara era como el sol y sus piernas como columnas de fuego.








02
En la mano tenía un librito abierto. Colocó el pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra








03
y gritó su anuncio con voz tremenda, parecida al rugido del león; al momento los siete truenos entregaron su propio mensaje.








04
Yo me preparaba a escribir lo que habían dicho los siete truenos, cuando una voz desde el cielo me dijo: «Guarda en secreto las palabras de los siete truenos, no escribas nada.»








05
Entonces el ángel que había visto de pie sobre el mar y la tierra levantó su mano derecha al cielo








06
y juró por el que vive por los siglos de los siglos, el que creó el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en ellos: «Ya no habrá más demora;








07
apenas se oiga el sonido de la trompeta del séptimo ángel, se habrá cumplido el plan misterioso de Dios, tal como lo había hecho anunciar por medio de sus siervos los profetas.»








08
La voz que me había hablado desde el cielo se dirigió de nuevo a mí y me dijo: «Acércate al ángel que está de pie sobre el mar y la tierra, y toma el librito que tiene abierto en la mano.»








09
Me acerqué al ángel y le dije que me diera el librito. Me respondió: «Toma, cómetelo; en tu boca será dulce como la miel, pero te producirá acidez en el estómago.»








10
Tomé el librito de la mano del ángel y me lo comí; en la boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo se me volvió amargo en el estómago.








11
Entonces me dijeron: «Tienes que profetizar de nuevo a los  pueblos, naciones, lenguas y reyes numerosos.» (*)
(* ) lo he variado, según mi Biblia de Nacar-Colunga BAC

++
11

03 Yo enviaré a mis dos testigos vestidos con ropa de penitencia para que proclamen mi palabra durante mil doscientos sesenta días.
 04 Estos son los dos olivos y las dos lámparas que están ante el Señor* de la tierra.


(* ) lo he variado, según mi Biblia de Nacar-Colunga BAC

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15 Tocó el séptimo ángel su trompeta; entonces resonaron grandes voces en el cielo: «Ahora el mundo ha pasado a ser reino de nuestro Dios y de su Cristo. Sí, reinará por los siglos de los siglos.»








16 Los veinticuatro Ancianos que estaban sentados en sus tronos delante de Dios se postraron para adorar a Dios,








17 diciendo: Te damos gracias, Señor Dios, Todopoderoso, el que eres y que eras, porque has empezado a reinar, valiéndote de tu poder invencible.








18 Las naciones se habían enfurecido, pero tu enojo las sorprendió: ha llegado el momento de juzgar a los muertos, de premiar a tus siervos los profetas, a tus santos y a cuantos honran tu Nombre, ya sean grandes o pequeños, y de destruir a los que destruyen la tierra.








19 Entonces se abrió el Santuario de Dios en el Cielo y pudo verse el arca de la Alianza de Dios dentro del Santuario. Se produjeron relámpagos, fragor y truenos, un terremoto y una fuerte granizada.

4ª parte: La encarnación del Hijo de Dios

01
Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.








02
Está embarazada y grita de dolor, porque le ha llegado la hora de dar a luz.








03
Apareció también otra señal: un enorme dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y en las cabezas siete coronas;








04
con su cola barre la tercera parte de las estrellas del cielo, precipitándolas sobre la tierra. El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz para devorar a su hijo en cuanto naciera.








05
Y la mujer dio a luz un hijo varón, que ha de gobernar a todas las naciones con vara de hierro; pero su hijo fue arrebatado y llevado ante Dios y su trono,








06
mientras la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar que Dios le ha preparado. Allí la alimentarán durante mil doscientos sesenta días.








07
Entonces se desató una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles,








08
pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo.








09
El dragón grande, la antigua serpiente, conocida como el Demonio o Satanás, fue expulsado; el seductor del mundo entero fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él.








10
Oí entonces una fuerte voz en el cielo que decía: Por fin ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios, y la soberanía de su Ungido. Pues echaron al acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche ante nuestro Dios.








11
Ellos lo vencieron con la sangre del Cordero, con su palabra y con su testimonio, pues hablaron sin tener miedo a la muerte.








12
Por eso, alégrense, cielos y los que habitan en ellos. Pero ¡ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha bajado donde ustedes y grande es su furor, al saber que le queda poco tiempo.








13
Cuando el dragón vio que había sido arrojado a la tierra, se puso a perseguir a la mujer que había dado a luz al varón.








14
Pero se le dieron a la mujer las dos alas del águila grande para que volara al desierto, a su lugar; allí será mantenida lejos del dragón por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo.








15
Entonces la serpiente vomitó de su boca como un río de agua detrás de la mujer para que la arrastrara,








16
pero la tierra vino en ayuda de la mujer. Abrió la tierra su boca y se tragó el río que el dragón había vomitado.








17
Entonces el dragón se enfureció contra la mujer y se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, es decir, a los que observan los mandamientos de Dios y guardan las declaraciones de Jesús.








18
Y se quedó a orillas del mar.

++


01
Tuve otra visión: el Cordero estaba de pie sobre el monte Sión y lo rodeaban ciento cuarenta y cuatro mil personas que llevaban escrito en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre.








02
Un ruido retumbaba en el cielo, parecido al estruendo de las olas o al fragor del trueno: era como un coro de cantores que se acompañan tocando sus arpas.








03
Cantan un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro Vivientes y de los Ancianos. Y nadie podía aprender aquel canto, a excepción de los ciento cuarenta y cuatro mil que han sido rescatados de la tierra.








04
Estos son los que no se mancharon con mujeres: son vírgenes. Estos siguen al Cordero adondequiera que vaya; estos son como las primicias, pues han sido rescatados de entre los hombres para Dios y el Cordero.








05
En su boca no se encontró mentira: son intachables.


5ª parte

capítulo 14

07 Gritaba con fuerza: «Rindan a Dios gloria y honor, porque ha llegado la hora de su juicio. Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales de agua.»
++
13 Entonces oí una voz que decía desde el cielo: «Escribe esto: Felices desde ahora los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, pues sus obras los acompañan.»



capítulo 16
17 El séptimo ángel vació su copa en el aire. Entonces salió una voz del trono que se escuchó fuera del Santuario, y decía: «Está hecho.»

Capítulo 17
09 A ver si ustedes lo adivinan. Las siete cabezas son siete colinas sobre las que la mujer está asentada.








10 Y son también siete reyes, de los cuales cinco han caído ya, uno está en el poder y el otro no ha llegado aún, y cuando llegue, habrá de durar poco tiempo.








11 La bestia que era y ya no es, hace el octavo, pero es uno de los siete, y camina hacia su destrucción.








12 Los diez cuernos son diez reyes que todavía no han recibido el reino, pero tendrán poder por una hora junto a la bestia.








13 Persiguen todos una sola meta, y pondrán su autoridad y sus fuerzas al servicio de la bestia.








14 Harán la guerra al Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes, y con él vencerán los suyos, los llamados y elegidos y que se mantienen fieles.»...

capitulo 18
16 dirán a gritos: «¡Ay, ay, de la Gran Ciudad, la que se vestía de lino, púrpura y escarlata y resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas!







 ¡En una hora se acabó tanta riqueza!»

++
18
20 ¡Alégrense por ello, cielos, y también ustedes los santos, los apóstoles y los profetas! Porque Dios les ha hecho justicia

++
19
05 Y salió del trono una voz que decía: «Alaben a nuestro Dios todos sus servidores, todos los que honran a Dios, pequeños y grandes.»








06 Y oí el ruido de una multitud inmensa como el ruido del estruendo de las olas, como el fragor de fuertes truenos. Y decían: Aleluya. Ahora reina el Señor Dios, el Todopoderoso.








07 Alegrémonos, regocijémonos démosle honor y gloria, porque han llegado las bodas del Cordero. Su esposa se ha engalanado,








08 la han vestido de lino fino, deslumbrante de blancura ?el lino son las buenas acciones de los santos?.








09 Después el ángel me dijo: «Escribe: Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del Cordero.» Y añadió: «Estas son palabras verdaderas de Dios.»








10 Caí a sus pies para adorarlo, pero él me dijo: «No lo hagas, yo no soy más que un servidor como tú y como tus hermanos que transmiten las declaraciones de Jesús (son declaraciones de Jesús las que vienen del espíritu de los profetas). Sólo debes adorar a Dios.»




01
Vi después a un ángel que bajaba del cielo llevando en la mano la llave del Abismo y una cadena enorme.








02
Sujetó al dracón, la serpiente antigua, que es Satanás o el diablo, y lo encadenó por mil años.








03
Lo arrojó al Abismo, cerró con llave y además puso sellos para que no pueda seducir más a las naciones hasta que pasen los mil años. Después tendrá que ser soltado por poco tiempo.








04
También vi unos tronos, y sentados en ellos los que tienen poder para juzgar. Vi también las almas de aquellos a quienes les cortaron la cabeza por causa de las enseñanzas de Jesús y de la Palabra de Dios. Vi a todos los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen y no habían recibido su marca en la frente o en la mano. Volvieron a la vida y reinaron mil años con el Mesías.








05
Esta es la primera resurrección. El resto de los muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron los mil años.








06 ¡Feliz y santo es el que participa en la primera resurrección! La segunda muerte ya no tiene poder sobre ellos: serán sacerdotes de Dios y de su Mesías y reinarán con él mil años.

++
11 Luego vi un trono grande y espléndido y a uno que estaba sentado en él; el cielo y la tierra huyeron al verlo sin que quedaran huellas de ellos.








12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante el trono, mientras eran abiertos unos libros. Luego fue abierto otro, el libro de la vida. Entonces fueron juzgados los muertos de acuerdo con lo que está escrito en esos libros, es decir, cada uno según sus obras.








13 El mar devolvió los muertos que guardaba, y también la Muerte y el Lugar de los muertos devolvieron los muertos que guardaban, y cada uno fue juzgado según sus obras.








14 Después la Muerte y el Lugar de los muertos fueron arrojados al lago de fuego: este lago de fuego es la segunda muerte.



01
Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar no existe ya.








02
Y vi a la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia que se adorna para recibir a su esposo.








03
Y oí una voz que clamaba desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será Dios-con-ellos;








04
él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado.»








05
Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Ahora todo lo hago nuevo». Luego me dijo: «Escribe, que estas palabras son ciertas y verdaderas.»








06
Y añadió: «Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed yo le daré de beber gratuitamente del manantial del agua de la vida.








07
Esa será la herencia del vencedor: yo seré Dios para él y él será hijo para mí.








08
Pero para los cobardes, los renegados, los corrompidos, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras, en una palabra, para todos los falsos, su lugar y su parte es el lago que arde con fuego de azufre, que es la segunda muerte.»








09
Se acercó a mí uno de los siete ángeles de las siete copas llenas de las siete últimas plagas y me dijo: «Ven, que te voy a mostrar a la novia, a la esposa del Cordero.»








10
Me trasladó en espíritu a un cerro muy grande y elevado y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios,








11
envuelta en la gloria de Dios. Resplandecía como piedra muy preciosa con el color del jaspe cristalino








12
Tenía una muralla grande y alta con doce puertas, y sobre las puertas doce ángeles y nombres grabados, que son los nombres de las doce tribus de los hijos de Israel.








13
Tres puertas dan a oriente y otras tres miran al norte; tres puertas al sur y otras tres al poniente.








14
La muralla de la ciudad descansa sobre doce bases en las que están escritos los nombres de los doce Apóstoles del Cordero.








15
El ángel que me hablaba tenía una caña de medir de oro, para medir la ciudad, las puertas y la muralla.








16
La ciudad es un cuadrado: su longitud es igual a su anchura. Midió la ciudad con la caña, y tenía doce mil estadios. Su longitud, anchura y altura son iguales.








17
Midió después la muralla, y tenía ciento cuarenta y cuatro codos de altura. El ángel usaba las mismas medidas que nosotros.








18
La muralla está hecha con jaspe y la ciudad es de oro puro, como cristal.








19
Las bases de la muralla de la ciudad están adornadas con toda clase de piedras preciosas: la primera base es de jaspe; la segunda, de zafiro; la tercera, de calcedonia; la cuarta, de esmeralda;








20
la quinta, de sardónica; la sexta, de sardio; la séptima, de crisólito; la octava, de berilio; la novena, de topacio; la décima, de crisopraso; la undécima, de jacinto; la duodécima, de amatista.
21 Las doce puertas son doce perlas, cada puerta está hecha de una sola perla. La plaza de la ciudad está pavimentada con oro refinado, transparente como cristal.








22 No vi templo alguno en la ciudad, porque su templo es el Señor Dios, el Todopoderoso, y el Cordero.








23 La ciudad no necesita luz del sol ni de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.








24 A su luz caminarán las naciones, y los reyes de la tierra llevarán a ella sus riquezas.








25 No habrá que cerrar sus puertas al fin del día, ya que allí no habrá noche.








26 Traerán a ella las riquezas y el esplendor de las naciones.








27 Nada manchado entrará en ella, ni los que cometen maldad y mentira, sino solamente los inscritos en el libro de la vida del Cordero.


21
01 Después el ángel me mostró el río de agua de la vida, transparente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero.








02 En medio de la ciudad, a uno y otro lado del río, hay árboles de la vida, que dan fruto doce veces, una vez cada mes, y sus hojas sirven de medicina para las naciones.








03 No habrá ya maldición alguna; el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus servidores le rendirán culto.








04 Verán su rostro y llevarán su nombre en la frente. Ya no habrá noche.








05 No necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque Dios mismo será su luz, y reinarán por los siglos para siempre.





06 Después me dijo el ángel: «Estas palabras son ciertas y verdaderas. El Señor, que es Dios de los profetas y sus espíritus, ha enviado a su ángel para que muestre a sus servidores lo que ha de suceder pronto.








07 Y voy a llegar pronto. Feliz el que guarda las palabras proféticas de este libro.»








08 Yo, Juan, vi y oí todo esto. Al terminar las palabras y las visiones caí a los pies del ángel que me había mostrado todo esto, para adorarlo,








09 pero él me dijo: «No lo hagas, yo soy un servidor como tú y tus hermanos los profetas y como todos los que escuchan las palabras de este libro. A Dios tienes que adorar.»








10 También me dijo: «No pongas en lenguaje cifrado los mensajes proféticos de este libro, porque el tiempo está cerca.








11 Que el pecador siga pecando y el manchado siga ensuciándose, que el bueno siga practicando el bien y el santo creciendo en santidad.








12 Voy a llegar pronto, y llevo conmigo el salario para dar a cada uno conforme a su trabajo.








13 Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin.








14 Felices los que lavan sus ropas, porque así tendrán acceso al árbol de la vida y se les abrirán las puertas de la ciudad.








15 Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras y todos los que aman y practican la mentira.








16 Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para decirles lo que se refiere a las Iglesias. Yo soy el Brote y el Descendiente de David, la estrella radiante de la mañana.»








17 El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!» Que el que escucha diga también: «¡Ven!» El que tenga sed, que se acerque; y el que lo desee, reciba gratuitamente el agua de la vida.








18 Yo, por mi parte, advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: «Si alguno se atreve a añadir algo, Dios echará sobre él todas las plagas descritas en este libro.








19 Y si alguno quita algo a las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte en el árbol de la vida y en la Ciudad Santa descritos en este libro.»








20 El que da fe de estas palabras dice: «Sí, vengo pronto.» Amén. Ven, Señor Jesús.

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Antiguo Testamento: 

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